viernes, 5 de agosto de 2011

PSICOMOTRICIDAD Y MIEDO (I PARTE)

            “Un grupo de niños y niñas de aproximadamente cinco años corre por el parque. Una niña se va quedando atrás. De pronto llegan a una bajada con escaleras. Nuestra niña mira hacia abajo y una sensación extraña le invade; ¡frena!,  mira a un lado y a otro,  busca  algo donde agarrarse; se agarra fuerte y una vez decide  con que pie iniciar su descenso y empieza a bajar apoyando los dos pies en cada escalón.

¡Bien agarrada!, no vaya a ser que caiga escaleras abajo.

Al final llega abajo, pero sus amiguitos ya no están, ellos no tuvieron necesidad de frenar, no tuvieron que agarrarse a nada, ni siquiera detuvieron su carrera; ellos han seguido jugando, corriendo y nuestra niña ya los ha perdido de vista.

Con la mirada busca a su alrededor… baja la cabeza y  una expresión de tristeza aparece en su rostro.

 ¡Otra vez se  ha quedado solita!.

 Decide regresar al banco donde está su mamá sentada. La niña callada se sienta a su lado. Su mamá la mira con cierta lástima. Sabe que su hija es distinta, piensa que NO le gustan los juegos de movimiento, parece más miedosa, más pegada a ella; quizás sea más madura y no le apetezca los alborotos infantiles.

 ¡No!. A la niña le gustaría correr igual de rápido que sus amiguitos, ser la primera y ser  aquella que todos buscan para jugar.

Cuando sean mayores y salgan todos en bicicleta, ella     buscará un pretexto para no ir, porque ¿si a los pocos años no se siente segura sobre sus propios pies, cómo va a hacerlo sobre dos ruedas?; también “odiará” las clases de gimnasia, y cada vez que se formen equipos para jugar a fútbol será la última a la que escojan, y se habituará, o no, a que una voz resignada diga al final:

- “ bueeeno, vaaale, que venga con nosotros”

Pero nuestra niña, que ”de tonta no tiene un pelo” sabe que preferirían a cualquier otr@ antes que a ella, pues ella es la más torpe, la más patosa y no les va a  ayudar a ganar.


     ¿ Qué le sucede a nuestra niña?   

Nuestra niña, a la que llamaremos Alba, nació  con un tono neuromuscular muy bajo (hipotonía esencial) y con un sistema motor  pobre.

Sus padres, que desconocían el problema de ésta y  la importancia de favorecer el desarrollo de su base psicomotriz, no le facilitaron desde chiquitita “hacer vida en el suelo” : arrastrarse, gatear,… Así que cuando llegó la hora en que los niñ@s caminan, pusieron a su hija en unos andadores y se deslomaron sosteniéndola por los bracitos para ENSEÑARLA A ANDAR sin darle la oportunidad de  vivir por sí misma  la maravillosa  y necesaria ETAPA DE SUELO.

¡ LA BASE PSICOMTRIZ ES IMPORTANTÍSIMA EN EL DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD ¡

          (Continuará…)

1 comentario:

Montse Reyes dijo...

Me ha encantado. Los padres deberíamos saber más de estos trastornos para no etiquetar al niño como "perezoso, tímido o vago". Y así poder ayudarles a tiempo. Mi trabajo consiste en organizar grupos de juego con padres y bebés, precisamente con la idea de que aquellos den suficiciente libertade de movimiento al niño para que cubra todo su proceso psicomotriz sin saltarse hitos (como el gateo)ya que esto influye en el desarrollo de su integracion sensorial.

Adjunto algún enlace por si les pudiera intersar a los lectores.

Las prácticas que dificultan que tu hijo gatee: http://jugandoenfamilia.blogspot.com/2012/02/el-gateo-como-no-impedirlo.html

Atentamente, Montserrat Reyes